La primera sesión va a ser solamente de lectura dramatizada, y como el lunes es fiesta, he pensado poneros aquí la obrilla que he buscado y cómo vamos a organizar la sesión.
Si tenéis dudas el martes a la entrada o la salida lo vemos:
- Vosotras hacéis la lectura dramatizada en voz alta para que las niñas y los niños la escuchen.
- Hacemos grupos de personajes para que cada grupo ensaye su personaje durante unos quince minutos.
- grupo de narradores
- grupo de granjeros
- grupo de zorros
- grupo de caballos
- grupo de leones
- Por último, hacemos nuevos grupos en los que estén todos los personajes y hagan la lectura dramatizada a los demás.
Por último os pongo la obra de teatro:
Personajes:
(5 niños): Narrador / Caballo / Granjero / Zorro / León
Narrador:
Había una vez un granjero que tenía un caballo fiel que ya era muy
viejo para trabajar. Un día el caballo le dijo:
Caballo:
Tengo hambre… no me has dado de comer en dos días.
Granjero:
¿Cómo esperas que te alimente, si ya no trabajas?
Caballo:
Tú sabes que estoy viejo y que he trabajado para ti durante muchos
años.
Granjero:
Lo sé… y te quiero… pero tienes que demostrarme que todavía
eres fuerte.
Caballo:
¿Y cómo puedo demostrarte que todavía soy fuerte?
Granjero:
Si me traes un león, te seguiré cuidando. Pero por ahora, vete de
mí establo.
Caballo:
Pero… ¿dónde voy a vivir?
Granjero:
Ése es tu problema… ¡vete!
Narrador:
El caballo abandonó la granja y se fue a la selva.
Caballo:
Oh, ¡estoy muy triste! ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Dónde voy a
vivir? ¿Qué voy a comer?
Narrador:
Pero
de pronto apareció un zorro.
Zorro:
¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan triste? ¿Qué estás haciendo
aquí solo?
Caballo:
¡Oh, pobre de mí! La codicia y la lealtad no pueden vivir en la
misma casa.
Zorro:
¿Qué quieres decir?
Caballo:
He trabajado mucho para mi amo y por muchos años, pero él se ha
olvidado de todo el trabajo que hice.
Zorro:
¿Qué te hizo?
Caballo:
Estoy viejo, y ya no puedo tirar de la carreta ni arar bien, así que
me dijo que ya no quiere darme de comer, y que abandonara la granja.
Zorro:
¿Eso dijo? ¿Qué te fueras? ¿Sin darte una oportunidad?
Caballo:
Bueno, me dijo que si era suficientemente fuerte como para
traerle un león, que me podía quedar, pero él sabe bien que no
puedo hacerlo.
Zorro:
¡Eso no es justo!… De todas maneras… yo te voy a ayudar.
Caballo:
¿Y cómo puedes ayudarme?
Zorro:
Sólo haz lo que te digo. Acuéstate en el piso, estírate
como si estuvieras muerto… y no te muevas.
Caballo:
Haré lo que me digas. Ya no tengo nada que perder.
Zorro:
Bien, ahora espérate, voy a buscar al león.
Caballo:
¿Estás seguro?
Zorro:
Sí, ahora regreso… y no te muevas.
Narrador:
El zorro se fue a buscar al león, que se encontraba en una cueva no
muy lejos de allí.
Zorro:
¡León! ¡León!
León:
¿Qué quieres? ¿No ves que estoy durmiendo?
Zorro:
Tengo buenas noticias para ti. ¡Encontré un caballo muerto!
Ven conmigo y podrás tener una deliciosa comida.
León:
¡Vamos!
Narrador:
El león se fue con el zorro, y cuando llegaron al lugar donde estaba
el caballo, el zorro le dijo:
Zorro:
Después de todo, no es muy cómodo para ti… tengo una idea… lo
amarraré a tu cola, y entonces podrás arrastrarlo hasta tu cueva y
allí podrás comértelo con tranquilidad.
León:
¡Es muy buena idea!
Narrador:
Entonces el león se tendió sobre el suelo para que el zorro pudiera
amarrar el caballo a su cola. Pero el astuto zorro amarró las patas
del león a la cola del caballo. Y cuando terminó de amarrarlo, le
gritó al caballo.
Zorro:
¡Empuja, caballo, empuja!
Narrador:
Entonces el caballo se paró, y se llevó al león.
León:
¡Déjame ir! ¡Déjame ir!
Narrador:
Entonces
el león empezó a rugir y rugir y todos los pájaros del bosque
volaron asustados, pero el caballo lo dejó rugir, y lo arrastró por
el bosque hasta la granja. Cuando el granjero lo vio, exclamó
sorprendido:
Granjero:
¡Oh! ¡Ohhh!
Caballo:
Te traje el león. ¿Ya estas satisfecho?
Granjero:
¡Claro que lo estoy! Te quedarás aquí conmigo para siempre.
Y comerás la mejor comida que tengo.
Narrador:
El granjero desamarró al león que salió en carrera hacia la selva,
y el caballo vivió feliz el resto de sus días, cuidado por su amo.
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